Tal vez muchas personas han escuchado sobre la visión de George Washington, pero no muchos han podido encontrar similitudes entre esta narración y las afirmaciones de Smith, que aunque no ha sido establecida como legítima de Washington, es quizá una de las posibles fuentes del profeta mormón para su entresijo de doctrinas, declaraciones y escritos.
En la Tribuna Nacional, en 1880, apareció un artículo que relata la "Visión de Washington" en Valley Forge. La historia fue informada por un caballero llamado Anthony Sherman, quien supuestamente estaba en Valley Forge durante el invierno de 1777-1778. La historia ha sido publicada varias veces.
Algunas personas dirán que está justificada por el hecho de que una copia de la historia se encuentra en la Biblioteca del Congreso. Este argumento de autenticidad es engañoso en y por sí mismo ya que la Biblioteca del Congreso tiene copias de cualquier cosa publicada, por lo que eso no indica la exactitud del contenido.
Hasta donde sé, ninguna evidencia del siglo XVIII corrobora esta historia. El soldado que dijo tener un relato de primera mano de la "visión", Anthony Sherman, era un soldado del ejército continental. Sin embargo, de acuerdo a su solicitud de pensión, escrito por él mismo, afirma que estuvo en Saratoga bajo el mando de Benedict Arnold a finales de 1777 y sólo se unió a las fuerzas principales en 1778 en Nueva Jersey, justo antes de la batalla de Monmouth.
Anthony Sherman escribió:
Escuché, sin duda, la historia de Washington de que fue a la espesura del bosque a orar en secreto por ayuda y consuelo de Dios, cuya intercesión de la Divina Providencia nos ha llevado de forma segura a través de los días más oscuros de la tribulación. Un día, lo recuerdo bien, cuando los vientos fríos silbaban a través de los árboles sin hojas, aunque el cielo estaba despejado y el sol se mostraba brillantemente, permaneció en su cuarto casi toda la tarde solo. Cuando salió, me di cuenta de que su cara estaba un tono más pálida de lo habitual. Parecía que había algo en su cabeza de una importancia más que ordinaria. Volviendo justo después de anochecer, envió un ordenanza a los cuarteles que se encontraba presentes en la cocurrencia. Después de una conversación preliminar de alrededor de una hora, Washington, mirando a su compañero con esa extraña mirada de dignidad que sólo él dirigía, relató el evento que le ocurrió ese día.
"En ese momento sentí sensaciones extrañas que se extendían por todo mi ser. Me habría levantado, pero la mirada fija de aquel ser me paralizo y no permitió que lo hiciera. Lo mismo ocurrió con mi lengua."
"Una nueva influencia, misteriosa, potente, irresistible, tomó posesión de mí. Todo lo que podía hacer era mirar fijamente al visitante desconocido. Poco a poco, la atmósfera que me rodeaba parecía como si se hubiera vuelto llena de sensaciones y luz. Todo sobre mí pareció enrarecerse, aquella visitante misteriosa comenzó a hacerse mas grande y aún más clara a la vista que antes. En ese momento comencé a sentir como si muriera, o más bien a experimentar las sensaciones que a veces me imaginaba acompañan a la muerte. No pensé, no decidí, no me moví; todo ello parecía imposible. Y sin embargo estaba sólo y consciente observando fijamente a mi acompañante."
"Oí de pronto una voz que decía: "Hijo de la República, observa y aprende", en ese momento mi acompañante extendió su brazo hacia el este, y una densa niebla se levanto de repente y comenzó a disiparse poco a poco, y contemplé una escena extraña. Vi que ante mí se extendían al rededor de una gran llanura todos los países del mundo -... Europa, Asia, África y América. Vi las olas del Atlántico rodar y reventar entre América y Europa , y entre Asia y América yacía el Pacifico."
""Hijo de la República", dijo como antes la misma voz misteriosa, "mira y aprende". En ese momento vi a un ser oscuro y sombrío, era como un ángel, de pie o más bien flotando en el aire, entre Europa y América. El ángel sumergió sus manos en el océano y con la mano derecha roció agua sobre América, mientras que con la mano izquierda echó un poco de agua sobre Europa. Inmediatamente una nube se elevo entre estos dos continentes, y se situó en medio del océano. Durante un rato la nube permaneció inmóvil, y luego se trasladó lentamente hacia el oeste, hasta que envolvió a América con sus nubes oscuras. Poderosos relámpagos brillaron a través de la nube, y entonces oí el gemido y los gritos de la gente americana."
Por segunda vez el ángel sumergió sus manos en el océano, y roció a Europa y América como en un principio. A continuación, la nube negra se levanto de nuevo en el océano, en cuyo agitado oleaje se hundió a la vista. La tercera vez que escuché la voz misteriosa diciendo: "Hijo de la República, mira y aprende", dirigí la mirada sobre América, y vi aldeas, pueblos y ciudades surgiendo una tras otra hasta que toda la tierra desde el Atlántico hasta el Pacífico fue salpicada con la oscura nube.
"Una vez más, escuché la voz misteriosa diciendo: Hijo de la República, al final del siglo ven, mira y aprende. Ante estas palabras, el ángel oscuro y sombrío volvió su rostro hacia el sur, y desde África vi un como enferma nuestra tierra. Esto se dibujó lentamente en cada pueblo y ciudad de esta última. Los habitantes se levantaron en batalla unos contra otros. Mientras continué mirando vi un ángel brillante, en cuya frente descansaba una corona de luz, en la que se inscribió la palabra 'Unión', portando la bandera de Estados Unidos que puso entre las naciones divididas, y les dijo: `Recordad que vosotros sois hermanos." Al instante, los habitantes, dejaron sus armas y se convirtieron en amigos, una vez más, y unidos en torno al estandarte nacional.
"Al instante una luz de mil soles brilló sobre mí, y rompió en pedazos la oscura nube que envolvía a América. A la vez el ángel sobre cuya cabeza todavía brillaba la palabra "Unión" , y quien llevó nuestra bandera nacional en una mano y una espada en la otra, descendió del cielo asistido por las legiones de espíritus blancos. Estos inmediatamente se unieron a los habitantes de América, a quién percibí como a casi vencidos, pero ellos nuevamente tomaron coraje, cerraron filas rotas y volvieron a la batalla."
"Una vez más, en medio del ruido temeroso del conflicto, oí la misteriosa voz diciendo: "Hijo de la República, mira y aprende". En cuanto cesó la voz, el ángel oscuro y sombrío por última vez sumergió sus manos en el océano y roció agua sobre América. Al instante, la nube negra se revirtió, junto con todos los ejércitos que había traído consigo, dando a los habitantes de la tierra la victoria."
"Entonces una vez más vi a los pueblos y ciudades surgir donde los había visto antes, mientras el ángel brillante, plantando el estándarte azul que trajo en medio de ellos, grito con fuerte voz: "Mientras las estrellas existan , y el cielo envíe su rocío sobre la tierra, siempre prevalecerá la Unión". Y tomando de su frente la corona sobre la cual se inscribió la palabra "Unión", él la colocó sobre el estandarte mientras la gente, arrodillándose, dijo, "Amén."
"La visión de inmediato comenzó a desvanecerse , y al final solo volví a ver aquella densa niebla que al principio veía. Pero esta también desapareció, y me encontré una vez más contemplando a la misteriosa visitante, que, con la misma voz que había oído en mi visión dijo: "Hijo de la República, lo que has visto se interpreta así: Tres grandes peligros vendrán sobre la República el más terrible será el tercero, pero en este gran conflicto mundial aunque todo el mundo este unido contra los Estados Unidos, ellos no prevalecerán contra la República.. Que todos los niños de la República aprendan a vivir por su Dios, su tierra y la Unión". Con estas palabras la visión desapareció, y yo empecé desde mi asiento a darme cuenta de que había tenido una visión en la que se me había revelado a mí el nacimiento, progreso, y destino de los Estados Unidos."
"La Visión de George Washintong"
"Esta tarde, mientras estaba sentado en la mesa preparando un documento, algo pareció molestarme. Mire hacia arriba, y vi de pie frente a mí a una mujer desnuda de singular belleza. Tan atónito estaba, ya que había dado órdenes expresas de no ser perturbado, que no encontré palabras para preguntar por la razón de su presencia. Recuerdo que le repetí la pregunta hasta cuatro veces pero no recibí respuesta alguna de mi misteriosa visitante, salvo un ligero movimiento de sus ojos.""En ese momento sentí sensaciones extrañas que se extendían por todo mi ser. Me habría levantado, pero la mirada fija de aquel ser me paralizo y no permitió que lo hiciera. Lo mismo ocurrió con mi lengua."
"Una nueva influencia, misteriosa, potente, irresistible, tomó posesión de mí. Todo lo que podía hacer era mirar fijamente al visitante desconocido. Poco a poco, la atmósfera que me rodeaba parecía como si se hubiera vuelto llena de sensaciones y luz. Todo sobre mí pareció enrarecerse, aquella visitante misteriosa comenzó a hacerse mas grande y aún más clara a la vista que antes. En ese momento comencé a sentir como si muriera, o más bien a experimentar las sensaciones que a veces me imaginaba acompañan a la muerte. No pensé, no decidí, no me moví; todo ello parecía imposible. Y sin embargo estaba sólo y consciente observando fijamente a mi acompañante."
"Oí de pronto una voz que decía: "Hijo de la República, observa y aprende", en ese momento mi acompañante extendió su brazo hacia el este, y una densa niebla se levanto de repente y comenzó a disiparse poco a poco, y contemplé una escena extraña. Vi que ante mí se extendían al rededor de una gran llanura todos los países del mundo -... Europa, Asia, África y América. Vi las olas del Atlántico rodar y reventar entre América y Europa , y entre Asia y América yacía el Pacifico."
""Hijo de la República", dijo como antes la misma voz misteriosa, "mira y aprende". En ese momento vi a un ser oscuro y sombrío, era como un ángel, de pie o más bien flotando en el aire, entre Europa y América. El ángel sumergió sus manos en el océano y con la mano derecha roció agua sobre América, mientras que con la mano izquierda echó un poco de agua sobre Europa. Inmediatamente una nube se elevo entre estos dos continentes, y se situó en medio del océano. Durante un rato la nube permaneció inmóvil, y luego se trasladó lentamente hacia el oeste, hasta que envolvió a América con sus nubes oscuras. Poderosos relámpagos brillaron a través de la nube, y entonces oí el gemido y los gritos de la gente americana."
Por segunda vez el ángel sumergió sus manos en el océano, y roció a Europa y América como en un principio. A continuación, la nube negra se levanto de nuevo en el océano, en cuyo agitado oleaje se hundió a la vista. La tercera vez que escuché la voz misteriosa diciendo: "Hijo de la República, mira y aprende", dirigí la mirada sobre América, y vi aldeas, pueblos y ciudades surgiendo una tras otra hasta que toda la tierra desde el Atlántico hasta el Pacífico fue salpicada con la oscura nube.
"Una vez más, escuché la voz misteriosa diciendo: Hijo de la República, al final del siglo ven, mira y aprende. Ante estas palabras, el ángel oscuro y sombrío volvió su rostro hacia el sur, y desde África vi un como enferma nuestra tierra. Esto se dibujó lentamente en cada pueblo y ciudad de esta última. Los habitantes se levantaron en batalla unos contra otros. Mientras continué mirando vi un ángel brillante, en cuya frente descansaba una corona de luz, en la que se inscribió la palabra 'Unión', portando la bandera de Estados Unidos que puso entre las naciones divididas, y les dijo: `Recordad que vosotros sois hermanos." Al instante, los habitantes, dejaron sus armas y se convirtieron en amigos, una vez más, y unidos en torno al estandarte nacional.
"Al instante una luz de mil soles brilló sobre mí, y rompió en pedazos la oscura nube que envolvía a América. A la vez el ángel sobre cuya cabeza todavía brillaba la palabra "Unión" , y quien llevó nuestra bandera nacional en una mano y una espada en la otra, descendió del cielo asistido por las legiones de espíritus blancos. Estos inmediatamente se unieron a los habitantes de América, a quién percibí como a casi vencidos, pero ellos nuevamente tomaron coraje, cerraron filas rotas y volvieron a la batalla."
"Entonces una vez más vi a los pueblos y ciudades surgir donde los había visto antes, mientras el ángel brillante, plantando el estándarte azul que trajo en medio de ellos, grito con fuerte voz: "Mientras las estrellas existan , y el cielo envíe su rocío sobre la tierra, siempre prevalecerá la Unión". Y tomando de su frente la corona sobre la cual se inscribió la palabra "Unión", él la colocó sobre el estandarte mientras la gente, arrodillándose, dijo, "Amén."
"La visión de inmediato comenzó a desvanecerse , y al final solo volví a ver aquella densa niebla que al principio veía. Pero esta también desapareció, y me encontré una vez más contemplando a la misteriosa visitante, que, con la misma voz que había oído en mi visión dijo: "Hijo de la República, lo que has visto se interpreta así: Tres grandes peligros vendrán sobre la República el más terrible será el tercero, pero en este gran conflicto mundial aunque todo el mundo este unido contra los Estados Unidos, ellos no prevalecerán contra la República.. Que todos los niños de la República aprendan a vivir por su Dios, su tierra y la Unión". Con estas palabras la visión desapareció, y yo empecé desde mi asiento a darme cuenta de que había tenido una visión en la que se me había revelado a mí el nacimiento, progreso, y destino de los Estados Unidos."
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