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martes, 20 de octubre de 2015

La Arqueología y la Biblia

Ruinas de la posible ciudad del Antiguo Testamento Libna (Jueces 21:13) / REUTERS/Amir Cohen/Foto ilustrativa


A menudo aquellos que intentan exponer los textos bíblicos como relatos inerrables, suelen basar sus aseveraciones en creencias personales implantadas desde la infancia, o hay algunos que se atreven a usar como base los hallazgos arqueológicos que mencionan o corroboran algunas de las locaciones, nombres de personajes, etc, mencionados en dichos relatos bíblicos.




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Muros de la ciudad de Troya en Turquía
Curiosamente, los que toman de escudo protector tales hallazgos de la ciencia, suelen olvidar aquellos otros que corroboran teorías contrarias a los mismos, como el caso del inmenso y creciente registro fósil de las especies de homínidos, o la majestuosidad de los fósiles de dinosaurios y otros animales y plantas, tales como trilobites, meganeura, pirolusita, entre muchos otros, que existieron en épocas tan remotas (holoceno, precámbrico, etc) y que demuestran, inequívocamente que la vida, flora y fauna de éste pequeño globo azul no se remonta a la que cualquier relato de cualquier texto sagrado antiguo afirma.

Debido a que muchas personas suelen incurrir en éste tipo de errores, me permito hacer un pequeño bosquejo sobre la arqueología bíblica, y como los hallazgos en ésta materia no pueden ser usados para dar peso a relatos mitológicos descritos en la Biblia, sino que deben ser entendidos como pruebas de que algunos de los relatos de dichos textos tuvieron su desarrollo en algunos lugares y con algunos personajes, etc, que existieron realmente. Tal como no se puede usar el hallazgo de los muros de la ciudad de Troya para decir que en realidad fueron construidos por Poseidón y Apolo para Laomedonte (véase  Píndaro, en Olímpicas viii.30-47, incluye al mortal Éaco también como participante en la construcción de las murallas), o aseverar la realidad infalible de algún mito relacionado con tal ciudad, de igual forma no se puede usar el hallazgo de ruinas, documentos, etc, relacionados con la Biblia para afirmar que su mitología es una realidad.

Para comprender mejor lo que es la arqueología bíblica, primero debemos comprender:
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Estela de Tel Dan
  • La arqueología como marco científico: La arqueología es una ciencia, no en sentido aristotélico "cognitio per causas", sino en el sentido moderno como conocimiento sistemático, siendo al mismo tiempo técnica y ciencia, como lo afirma Vicente Vilar (Vilar, Vicente. Archeologia della Palestina. Enciclopedia della Biblia I, 672.)como técnica busca los restos materiales de las civilizaciones antiguas y trata de reconstruir en lo posible el ambiente y las organizaciones de una o varias épocas históricas; como ciencia moderna es bastante reciente y, como dice Benesch, es una ciencia de apenas 200 años y, sin embargo, ha hecho cambiar definitivamente nuestra idea sobre el futuro (J.M. Vernet en su "Curso Básico de Paleontologia Bíblica", Teologado Salesiano Internacional de Ratisbonne, Jerusalén, 2001). Teniendo en cuenta esto, se podría pensar que la arqueología tendría que omitir los datos que las religiones ofrecen, sin embargo, los lugares de culto, rituales, textos sagrados y costumbre, pueden ser observados bajo la lupa científica arqueológica.
Manuscritos del Mar Muerto (libro de Isaías)
  • La arqueología bíblica: es la disciplina que se ocupa de la recuperación e investigación científica de los restos materiales de culturas pasadas que pueden iluminar los periodos y descripciones de la Biblia, en un arco de tiempo comprendido entre 200 a.C. y 100 d.C. Es también conocida como "Arqueología de Palestina", determinando los territorios al este y oeste del rió Jordán. La razón de ser de la arqueología bíblica radica en que permite un conocimiento científico de los pueblos que habitaron las llamadas tierras bíblicas, su historia, su cultura, su identidad y sus desplazamientos, lo que hace posible una ubicación concreta de los relatos y confrontarlos con su historicidad, no siempre coincidente. De tal forma, la arqueología no pretende probar las afirmaciones bíblicas sino descubrir el mundo histórico en el cual dichos textos se formaron, contrario a las escuelas estadounidenses e israelíes, quienes al principio usaban la arqueología para corroborar relatos bíblicos, bajo la premisa de que los tales eran verídicos. La arqueología bíblica puede iluminar los conocimientos que tenemos acerca de algunos datos históricos descritos en los relatos bíblicos como gobernantes, personajes, batallas y ciudades, ejemplo tenemos en El Túnel de Ezequías, la Piscina de Betesda, el Gólgota, la Ciudad de Jericó, etc, los cuales coinciden con los relatos. La arqueología bíblica presta una ayuda fundamental a los estudios exegéticos.
A continuación los hallazgos arqueológicos bíblicos más importantes de las últimas décadas según la recopilación del Centro de Estudios Ratisbone de Jerusalén:

Papiro P52

  • El Papiro P52, el texto más antiguo del Nuevo Testamento conocido, fue descubierto en 1920, en el desierto de Egipto Medio, y sacado a la luz pública en 1935.
  • Los Manuscritos del Mar Muerto, descubiertos en las cavernas de Qumrán en 1947 por beduinos y cuyas excavaciones se iniciaron en 1950.
  • Entre 1962 y 1963 se descubrió el Papiro12 de Wadi Daliyyat o Papiro de Samaria de época persa.
  • En 1964 se descubrió el Papiro de Ketej-Jericó de época persa-helenística.
  • En 1991 se descubrió la llamada Tumba de Caifás, aunque no está cerrada su identificación como tal.
  • En 1993 se descubrió la estela de Tel Dan.
  • En 1996 se descubrió la inscripción del Tel Mikné con el nombre de la ciudad filistea de Ekron y una lista de sus reyes.
  • En 1997 se descubrió el antiguo monasterio de Katisma.
  • En 1998 se descubrió la Sinagoga de Jericó datada del año 75 a. C. (Ehud Netzer).
  • En 2007 se descubrió la tumba de Herodes.
Ahora los más importantes sitios arqueológicos bíblicos.

    Interior del la Iglesia del Santo Sepulcro
  • El Santo Sepulcro: Un complejo que pretende comprender la tumba de Jesús y el Calvario. Evidencias de tumbas judías, artefactos romanos, construcciones constantinas e influencias otomanas, el sitio es según la tradición católica el lugar donde fue sepultado Jesús, no hay pruebas de tal afirmación.

  • El Museo de Israel: Reúne objetos de un valor universal incuestionable no sólo para los estudios bíblicos, sino para la historia y prehistoria del llamado Medio Oriente. Este Museo es sin duda uno de los más importantes del mundo.

  • El Túnel de Siloé: Pasa por debajo de la Ciudad Vieja de Jerusalén y es uno de los elementos declarados en la Biblia tanto en la Tanaj como en el Nuevo Testamento.
  • La Barca de Pedro: Uno de los últimos hallazgos fue una barca enterrada entre el fango a orillas del Lago de Galilea y con sorpresa datado del siglo I, es decir, del tiempo de Jesús. Por esta razón ha sido llamada como la Barca de Pedro porque permite darse una idea del tipo de naves que usaban los pescadores que conoció Jesús.
Ruinas de Qumrám
Papiro 7Q5
  • Kiryit Qumrán: Para muchos es quizá uno de los hallazgos más importantes de todos los tiempos. Compuesto del Kiryit o ruinas de lo que era el monasterio de la congregación judía de los esenios, las cavernas en donde se encontraron papiros y códices de Libros del Tanaj, no del Nuevo Testamento como sugerían algunos en principio, el cementerio de los monjes y muchos otros elementos que cambiaron la historia de los estudios bíblicos. De este sitio tan especial sale además la célebre polémica del 7Q5, un trozo diminuto de papiro de difícil identificación que el papirólogo español Josep O’Callaghan Martínez, respaldado por el exégeta alemán Carsten Peter Thiede, concluyó era un segmento de un texto neotestamentario y cuya polémica sigue en la actualidad.
Ahora algunas Edificaciones bíblicas.
  • La ciudad de Gabaón.
  • El Túnel de Ezequías: Un túnel de 533 metros fue construido para proveer a Jerusalén de agua subterránea en prevención de la invasión asiria de 701 a. C.
Sitio de Tel-es Sultán (Jericó)
  • Las Murallas de Jericó: Una destrucción de las Murallas de Jericó data de aproximadamente 1550 a. C., al final del Bronce Medio a causa de un sitio o un terremoto en el contexto de un estrato quemado denominado Destrucción Ciudad IV. Existen discusiones acerca de si dicha destrucción corresponde a la descrita en la Biblia o no. De acuerdo con el relato bíblico, los israelitas destruyeron la ciudad después de que sus murallas cayeron alrededor de 1407 a. C. Las excavaciones de John Garstang, en 1930, datan la destrucción de Jericó hacia 1400 a. C., un dato por confirmar, pero las excavaciones de Kathleen Kenyon, en 1950, se dataron hacia 1550 a. C. Bryant G. Wood criticó el trabajo de Kenyon después de que sus notas de campo estuvieron al alcance. Wood observó ambigüedades en las investigaciones y pruebas con el carbono 14 en el estrato quemado que daban como resultado el año 1410 a. C.,​ con 40 años de margen. En tal sentido Wood confirmó las conclusiones de Garstang. Sin embargo, dicha prueba de carbono fue el resultado de una mala calibración. En 1995, Hendrik J. Bruins y Johannes van der Plicht utilizaron una prueba de radiocarbono de alta precisión para 18 muestras de Jericó, incluidas seis muestras de cereal carbonizado, del estrato quemado, que dieron como resultado una antigüedad superior, hasta 1562 a. C., con un margen de 38 años (ver enlace).
Restos de la puerta de acceso de la muralla de Laquis.
  • La Rampa del sitio de Lakís: La ciudad de Laquís fue capturada por el rey asirio Senaquerib en 701 a. C.
  • Piscina de Siloé: La piscina, ubicada al sureste de las murallas de la ciudad, es receptora de las aguas del Túnel de Ezequías.
  • Segundo Templo: Construido por Herodes el Grande.
  • Templo de Siquem: Datado en la Edad del Bronce, mencionado en Jueces 9.
  • Túmulos: 19 túmulos localizados al occidente de Jerusalén han sido datados sin dudas del tiempo de la Monarquía de Judea, pero es posible que representen sitios a la memoria de los reyes mencionados en 2 Crónicas 16, 14; 21, 19; 32, 33 y el Libro de Jeremías 34, 5.

Junto con éstos hallazgos tenemos una gran cantidad de objetos que guardan una relación con los textos bíblicos tales como los Textos de Balaam, el Obelisco Negro de Salmanasar III, los archivos cuneiformes de Ebla, etc, que mencionan personajes o lugares bíblicos, pero que de ninguna forma comprueban algunos de los mitos que ésta contiene.

Entre éstos objetos hay unos cuya procedencia es conocida pero que no provienen de excavaciones arqueológicas como los papiros de Elefantina, la Estela de Merenptahla Estela de Mesaetc, y unos de dudosa procedencia y en algunos casos ha sido demostrada su falsedad, estos son:
  • El Arca de la Alianza La Iglesia Ortodoxa etíope en Axum, Etiopía, asegura que la posee. La tradición local sostiene que esta fue traída a Etiopía por Menelik I después de una visita al rey Salomón, sin embargo no la muestran al público.
Osario de Santiago, hijo de José, hermano de Jesús
  • La arqueología bíblica es también objeto de célebres falsificaciones motivadas por múltiples intereses. Una de las más célebres se presentó en 2002, cuando se publicó el supuesto hallazgo de un osario con una inscripción que decía "Jacob, hijo de José y hermano de Jesús". En realidad el hallazgo se había producido veinte años atrás, tras los cuales la pieza sufrió un extraño cambio de manos y la inscripción se hizo posteriormente, dado que ni siquiera corresponde al patrón de la época.
  • Objetos originarios de "antigüedades" del traficante Oded Golan. En diciembre de 2004 fue acusado por la policía israelí junto a otros cómplices, por falsificar los siguientes objetos:
  1. El osario de Santiago con la inscripción «Jacob hijo de José, hermano de Jesús», sospechosa de haber sido inscrita en un osario antiguo genuino.
  2. Las tablas de Joash (Johoash) registrando reparaciones del Templo de Jerusalén, sospechas de haber sido talladas en auténticas piedras antiguas.
  3. Varias óstracas mencionando el Templo o nombres bíblicos.
  4. Un candelabro de piedra de siete brazos con decoraciones de una menorá del Templo.
  5. Un sello de piedra con bordes de oro atribuido al rey Manase de Judea.
  6. Un plato de cuarzo con una inscripción en egipcio antiguo indicando que el ministro de guerra del rey Shishek conquistó la antigua ciudad de Meggido.
  7. Una granada de marfil con una inscripción que dice «propiedad de los sacerdotes del Templo» grabada en una auténtica pieza antigua de marfil.
  8. Numerosas bulas incluyendo algunas que mencionan figuras bíblicas como el rey Ezequías de Judea, el escriba Baruc y el profeta Isaías.
  • Los restos del Arca de Noé han sido localizados por numerosos grupos de arqueólogos e individuos. Muchos estudiosos consideran que dichos hallazgos pertenecen a la pseudoarqueología. El arqueólogo Ron Wyatt asegura haber localizado el Arca en el último punto en donde reposó. Desde su muerte ha sido aclamado por muchos creyentes bíblicos. Una constelación de páginas de Internet acerca de él han surgido y muchos han fabricado informaciones acerca de él y sus descubrimientos.
    Un grupo creacionista italiano, de nombre La Narkas, es el más reciente de los numerosos grupos que aseguran conocer el punto exacto de la localización de los restos del Arca de Noé, en la cima del Monte Ararat, en la frontera entre Turquía y Armenia.
    En 2004 todavía una expedición fue al Monte Ararat, en Turquía, con la intención de localizar el Arca. Muestras del lugar fueron sometidas a prueba por geólogos y científicos nucleares. Un instituto oficial del gobierno de Nueva Zelanda encontró que se trataba de rocas volcánicas y no de madera petrificada.
El Sudario de Turín
  • El Sudario de TurínCríticos aseguran que esta contiene una pintura de Jesús realizada en la Edad Media. Otros sostienen que la imagen fue formada por un proceso energético que oscureció las fibras (tal como rayos de luz en el instante de la resurrección). Pruebas de radiocarbono ubican su antigüedad en la Edad Media, pero algunos analistas sugieren que las pruebas son erróneas debido a exposiciones que han contaminado las fibras.

Como podemos ver, en términos arqueológicos no se puede hablar de la autenticidad de la Biblia, ni como un registro histórico fidedigno e inerrable ni como una fuente comprobatoria de que la mitología que contiene sea real, los descubrimientos y avances en materia de arqueología bíblica no pretender dar afirmación a la biblia como tal, simplemente nos ayudan a tener un entendimiento más amplio de las épocas y mundo en el que se desarrolló dicho texto, tal como nos lo enseña el profesor de arqueología del Oriente Próximo, William G. Dever:
"Hasta hace una generación los arqueólogos bíblicos hablaban con confianza de la «revolución arqueológica» de William Foxwell Albright. Esta seguramente realzaría nuestra comprensión y apreciación de la Biblia y su mensaje atemporal - el cual fue pensando para ser absolutamente esencial a nuestra querida condición cultural occidental. La Biblia y la «Cultura Occidental» como fueron concebidas anteriormente, luchan por sus vidas. No sólo la arqueología moderna no pudo ayudar a confirmar la tradición antigua, sino que parece más bien tratar de socavarla. Este es un secreto, no bien guardado, de los arqueólogos profesionales.
El fallo de la «revolución arqueológica» significa el intento de ocupar el penoso término medio, no el extremo escepticismo o la ingenua credulidad. No se puede volver al tiempo en el cual la arqueología presumía de «probar la Biblia». La arqueología como se practica en la actualidad debe tener la capacidad de desafiar, y confirmar, los relatos bíblicos. Algunos cosas descritas sucedieron realmente, pero otras no.
Las narraciones bíblicas acerca de Abraham, Moisés, Josué y Salomón probablemente reflejan algunos recuerdos históricos de pueblos y lugares, pero los «grandes personajes» de la Biblia son irreales y contradichos por las evidencias arqueológicas. Algunos antecesores de los israelitas probablemente escaparon a la esclavitud de Egipto, pero no hubo una conquista militar de Canaán y muchos, si no casi todos los israelitas, en tiempos de la monarquía, fueron politeístas. El monoteísmo fue un ideal de los escritores bíblicos.La arqueología no puede dilucidar cuál es el significado de los supuestos eventos descritos en la Biblia. Esa es una decisión enteramente personal. La arqueología no puede responder a esta pregunta. Esta sólo puede dar su visión." --  ("La cultura occidental está en peligro", Dever, W., en Biblical Archaeology Review, Marzo/Abril de 2006, volumen 32, Nº 2, pp. 26 - 76.)
Por tal motivo amigo lector, no se puede fundamentar la fe en los textos bíblicos con la arqueología o cualquier otra ciencia, además, la Biblia es un documento que, mirado desde la perspectiva literal, nos plantea situaciones y enseñanzas nada ejemplares para el mundo actual, y al no poder ser sustentada con evidencias, la aseveración irracional de su infalibilidad nos colocaría en el papel, o en ese camino, de fanáticos recalcitrantes y extremistas peligrosos, en cambio, si es usada para extraer de ella cualquier enseñanza que ayude a unir a la humanidad y a fortalecer vínculos entre las personas y, por que no entre éstas y los animales, en lugar de crear abismos y generar odio e intolerancia, tal vez la fe que se ejerza en ella no esté del todo mal.

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